miércoles, 16 de septiembre de 2015

Suave

Suave. Cómo ya sabes que me gusta. Pequeños saltitos de tus dedos recorriendo mi cuerpo. Empezar caminando por mis pies. Que la lengua siga los pasos. Hidratar con saliva mi piel seca de ti. No dejar nada por cubrir. Detenerse a la altura de los muslos. Ahora, aún más despacio. Que las yemas produzcan casi cosquillas. Que la lengua vuelva locos a los instintos. Hidratar. Ese es el fin. Hidratar hasta las ganas. Tu lengua alrededor de mi ombligo. Pedorretas imposibles de retener. Tus manos en mis costados siguen su camino hasta llegar a los pechos. Dejan de dar saltitos para recrearse con toda la palma dibujando la forma redonda de ellos. Me salen los suspiros hasta por los ojos. Tu lengua continúa marcando con saliva el esternón hasta llegar a la garganta. De repente soy consciente que tu cuerpo está sobre el mío. Entras entre mis piernas a la vez que tu lengua llega invadiendo mi boca. Ha llegado a su destino. Ahora tu sexo. Que sea quién comience a andar sobre mí...


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