Cómo dejar de mirar la transformación del rostro de su amante. De delicado a animal.
Su animal. Las arrugas de su rostro se acentuaban y su sexo endurecía dentro de ella.
-Cierra los ojos- repetía él.
Y ella sólo podía abrirlos aún más. Desde las pupilas. Desde el nervio óptico.
Desde las vidas pasadas que cruzaron sus destinos....
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