Estaba cansada. Toda la mañana andando con tacones. El
vestido tan ajustado por debajo de la rodilla que impedía que mis pasos fueran
algo más rápidos. Las medias, no paraba su encaje de bajar por mi muslo y yo de
subirlo.
-Debería haberme puesto los ligueros- pensé apoyada en la
esquina de la calle que llevaba rato buscando- ésta silicona no se sujeta bien
en mi muslo - metí la mano por debajo de la falda del vestido y subí lo que
pude la media. La calle estaba llena de gente y no pretendía llamar muchas
miradas.
Tengo sed. Decido entrar en una cafetería antes de
continuar. Me siento en una de las pocas mesas que quedan libres. El camarero
amablemente se acerca:
-Buenos días, señorita. Qué desea tomar.
-Una copa de cava, por favor - le digo dibujando una gran
sonrisa.
Se retira el camarero y me distraigo sacando de la carpeta
unos documentos que me quedan por firmar. Es en ese momento cuando el
desconocido se acerca a mi mesa y se sienta frente a mí. Le miro con sorpresa
pero le sonrío al recordar que había pocas mesas libres.
Me empieza a tocar. Poco a poco. Por debajo de la mesa la
rodilla izquierda. Mi sorpresa se acentúa pero no retiro mi rodilla. Ni su
mano. Sigo con mis documentos. La piel de mi muslo bajo la media se eriza subiendo,
subiendo...
Me abre un poco las piernas. Su mano sigue el camino de la
media hasta llegar al encaje. Se deleitan sus dedos sobre esa parte de mi muslo
dónde acaba el encaje y empieza la piel.
No hablamos. Sólo con gestos. Miradas. Tacto...
Empiezo a murmurar. De placer.
Mientras la gente del bar sigue sus conversaciones.
Decido subir mi pie a su silla. Y apoyo mi zapato entre sus
piernas. Con su otra mano sujeta mi talón y acerca el zapato hasta el borde de
su cremallera. Es en ese instante cuándo, dejando los documentos sobre la mesa,
uno de mis dedos de la mano derecha, quiere jugar y se posa sobre mis labios
que han quedado entreabiertos al sentir el roce de sus dedos sobre el encaje de
la media y la piel de mi muslo...
tu dedo entre tus labios me encanta espero de conocerte un dia
ResponderEliminarMuy atrevido el señor, ese juego suena a conocido que pasa por desconocido
ResponderEliminar