miércoles, 12 de agosto de 2015

Se me olvidó rezar

Justo ahora que lo necesito, me doy cuenta que se me olvidó rezar. Qué mi salvación ya no está en manos de Dios. Qué los exorcismos no son cosa para el amor. Ni para el adiós.
Justo ahora, vaya por Dios...
No me queda otra que darle al vino. A una bolsa de pipas. A tardes contigo pasando calor. A provocar llagas entre tus dientes. A desgastar piel con piel. A bolsas de gemidos compradas en la parte de atrás. A bocas secas de tanto lamer. A hacer helados con el azúcar que resbala de las comisuras de tus labios. A muñecas atadas mientras tus dedos exploran mis ganas. A besos que saben a orgasmos. A tardes que duran hasta el desayuno. A risas contigo dentro de mí. A saborear el tiramisú sobre mi ombligo. A volver a la adicción de tus caricias en mis mejillas. A verte buscar la timidez de mi mirada. A sentir que eres sólo para mí.
Qué casualidad, justo ahora Dios...


No hay comentarios:

Publicar un comentario