miércoles, 19 de agosto de 2015

Eres mía porque yo soy tuyo.

Tan sólo una pequeña distancia separa tus labios de los míos. El calor de tu aliento empieza a hacer de las suyas. Camina de puntillas sobre mi lengua para volar por mi garganta. Llega con estrépito  hasta el instinto que despierta con tal ansiedad que mi sexo ya sólo puede pensar en tener tu aliento sobre si. Deslizo con un dedo el tirante de tu vestido que cae sobre tu hombro deteniendo el tiempo. Deteniendo mi respiración. El vestido cae de ese lado dejando al descubierto uno de los senos. Apoyo mis labios sobre el hombro mientras sujeto tus caderas con mis manos y te siento sobre mis rodillas. Bajo mis manos hasta llegar a tus nalgas y te empujo hasta pegar tu sexo a mi vientre. Ahora, sí. Ahora puedo sentir tu aliento caer por mi garganta y el aroma de tu pezón acariciando mi pecho. Hago el mismo movimiento con el otro tirante y mis ojos se deleitan con la tela resbalando dejando libertad a tu cuello, a tus pechos, a tu vientre... Sonries al paso de las yemas de mis dedos dibujando la forma perfecta redonda de tus senos. Al pasar por el costado, te producen cosquillas y la risa hace que eches la espalda hacía atrás, dejando libre tu melena que baila al ritmo de las cosquillas. No puedo evitarlo. Imposible no hacerlo. Mi boca pide y yo le doy. Está hambrienta de ti. Acerco mis labios a tus pezones y los atrapo entre mis dientes para lamerlos con la lengua. Movimiento gatuno de tu columna. Tus dedos enredados en mi pelo empujan aún más mi cara sobre tus pechos. Cada minuto más hambre. Incorporo nuestros cuerpos con tus piernas rodeando mi cintura. Tus dedos siguen enredados entre mi pelo. Me miras. Me sonries ¡¡¡Estás tan bonita!!! Te llevo en brazos hasta el dormitorio llenado el pasillo de tus risas. De mi ansia. De tus ganas. De mi fuerza. Dejo caer tu cuerpo lentamente sobre la cama hasta apoyar tu espalda en ella. Beso de nuevo tus pezones y mi boca hambrienta comienza el camino sobre tu piel. Tu ombligo. Tu vientre. Tu sexo... He llegado a mi destino. Qué se pare el tiempo. Te siento tan mía.  Eres mía porque yo soy tuyo...

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